
“Algunas veces venimos a ver los partidos de los más grandes y siempre vengo a jugar los torneos que realiza mi categoría. Aprovecho para quedarme a mirar”, relató el pequeño deportista.
Se enamoró del básquet desde el 2009, cuando comenzó a acompañar a su hermano a entrenar. Entonces un intruso, que buscaba acompañar con la pelota. Ahora Santiago puede practicar con sus pares, algunos de tan sólo 4 años de vida.
“Mi hermano me enseña trucos para que yo aprenda”, relató. Facundo Ramírez, es el hermano mayor, de once años. Se desempeña en la Sub 13, una de las categorías formativas del club.
A Santiago también le divierte jugar al fútbol en su casa, pero cuando se trata del básquet no escatima: “Lo que más me gusta es meter goles y ganarle a Central”.
REALIZADA POR GISELA RODRIGUEZ (Revista n°2 - BASQUET POCKET)
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